
SEBASTIÁN CABRERA- Diario El País.-
 El ministro Rosadilla se enfrentó a más de 200 retirados y familiares de  militares, que denuncian una crisis en el Hospital Militar. Lo insultaron, le  gritaron "tupa mentiroso" y "asesino". Rosadilla dio media vuelta y regresó a la  sede ministerial.
Con mate en mano, el ministro de Defensa, Luis Rosadilla, aguardaba ayer a la  hora 13 frente a la sede de la cartera al grupo que venía marchando desde el  Hospital Militar, en una actividad inédita de la Unión Nacional de Integrantes  Retirados de las Fuerzas Armadas (Unir-FFAA), que reclama por una situación  "acuciante". 
Rosadilla concurrió especialmente al edificio del Ministerio de Defensa a  esperar a los manifestantes, pero no sabía que el ambiente venía caldeado y que  la movilización incluyó enfrentamientos (y hasta golpes de puño) entre  participantes de la protesta y conductores de automóviles que pretendían cruzar  la avenida 8 de Octubre.
La Unir-FFAA denuncia que el Hospital Militar está "en situación de  emergencia" y que, si no hay una medida urgente, "160.000 usuarios quedarán sin  cobertura médica en meses", dijo a El País su presidente Jorge Puente. El grupo  pide más presupuesto, medidas para frenar la "fuga" de médicos (dicen que hay  400 profesionales menos) y rechaza la inclusión del hospital en el Fonasa. 
"¡Somos uruguayos, no se olvide! ¡Somos sangre charrúa!", le gritaban al  ministro varios manifestantes que llegaban cantando "¡Viva la patria y las  Fuerzas Armadas!". Palmas, petardos y hasta caceroleo incluyó una movilización  cuyo promedio de edad superaba con creces los 50 años de edad. 
"¡Liberar a los militares presos" y "mentiroso", fueron otros gritos que se  escucharon mientras se acercaban al ministro las autoridades de Unir-FFAA, que  pidieron calma al grupo. "Ustedes saben que todas las organizaciones de  retirados que piden audiencia han sido recibidas y las hemos visitado", dijo el  ministro a los representantes del colectivo. "Me hubiera gustado que me avisaran  que venían. Estoy acá porque me enteré por la prensa", siguió Rosadilla. 
"¡Usted como ministro debe estar a la orden los 365 días del año!", le  gritaron desde atrás, generando un gran aplauso. "Y estoy, estoy, estoy",  respondió molesto Rosadilla, que recibió arriba de la cabeza una lluvia de  papelitos donde se pedía que "no se burlen del pueblo" por la ley de Caducidad.  
El coronel retirado Jorge Puente, presidente del grupo, le entregó una carta  donde se denuncia "la más absoluta desesperación y decepción por el paulatino y  sistemático deterioro que ha ido sufriendo la Sanidad Militar, pilar fundamental  de la salud castrense". 
Rosadilla y Puente arreglaban un futuro encuentro cuando vino otro grito:  "¡Respete los plebiscitos!". Con voz firme, Puente respondió a sus compañeros:  "Hablamos de la sanidad militar. Después veremos lo otro. ¿Ta?". Mientras  seguían los gritos, Puente le dijo a Rosadilla que Sanidad Militar "está en  escombros" y que la situación será peor si no se resuelve el tema en el  Presupuesto. 
EXPERIMENTO. "No tenemos experiencia en estas actividades", admitió Puente,  en referencia a la primera manifestación del grupo. Rosadilla sonrió y le dijo  que "no salió tan mal". 
El ministro intentaba explicar que el gobierno busca soluciones para el  hospital cuando volvió a ser interrumpido por gritos: "¡No se escucha, menos  promesas!". Rosadilla se cansó y dio por terminada la charla: "Así no se puede  seguir. Los llamo y ustedes vienen sin la situación ésta". Dio la vuelta y vino  una catarata de insultos: "Tupa mentiroso", "asesino", "revanchista". Fuera de  sí, una muchacha le gritó "hijo de puta" y acotó: "¿Por qué no hablaban cuando  los atendíamos en el Hospital Militar?". Un grupo de señoras cantó el himno  nacional y otros el cántico futbolero "volveremos, volveremos, volveremos otra  vez". 
Al inicio de la marcha, Puente saludó a los "camaradas", dijo a viva voz que  hay "desidia" del gobierno, al que "le imponen doctrinas internacionales".  Participaron de la movilización el ex diputado colorado Daniel García Pintos y  el general (r) Iván Paulós, que indicó a El País que "el gobierno marxista  quiere destruir las Fuerzas Armadas". 
El  País Digital




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